Dos épocas, el Madrid de 1837 y la costa cantábrica en el Siglo XXI, unidas por un prodigioso invento que, de hacerse público, revolucionaría para siempre la existencia humana.
Madrid, 1837. El escritor Mariano José de Larra vive en la zozobra que le producen su país y el amor. A pesar de todo, aún dispone de algún tiempo para tener breves encuentros con jóvenes aspirantes a convertirse en escritores... ignorantes de que, tal vez, se disponen a abrir una puerta a la oscuridad.
Costa cantábrica, actualidad. Ricardo Rivas, un octogenario y exitoso escritor al que apodan el Duque de las Letras, recibe en una noche de tormenta la inesperada visita de su hija Elena, una científica de primer nivel. Es un encuentro lleno de recuerdos del pasado, nostalgia y donde flota el deseo de reencontrarse con mayor frecuencia. Pero no es el único motivo de la visita de Elena.
En realidad, ella trae consigo su nueva invención, el resultado de muchos años de trabajo, un artilugio capaz de explorar zonas tenebrosas y macabras del pasado. Y que, también, podría dar luz a los últimos días en la vida de Mariano José de Larra. Algo, en definitiva, capaz de provocar grandes cambios en la historia.
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